Esta noche,
en vísperas del Día de la Candelaria,
se lleva a cabo la procesión con el Niño Dios
por las calles de Jiquilpan.
La gente lleva al Niño Dios en brazos
y el camino de la procesión
se alumbra con lámparas que son flores de papel.
Al frente,
abiéndole el camino al Niño,
van los de la Danza de los Negros
seguidos por los niños pequeños de la Danza de Los Espejos.
Hasta atrás,
cerrando la procesión,
los músicos
y -por supuesto- los más tomadores,
que vienen haciendo música
hasta con las botellas de tequila.
Qué noche tan deliciosa, que nunca la habíamos visto.
Hoy será la profecía del nacimiento de Cristo.
Señora Santa Ana, ¿por qué llora el niño?
Por una manzana que se le ha perdido.
No llore por una, yo le daré dos:
una para el niño y otra para Dios.
La virgen lavaba, San José tendía,
el niño lloraba de hambre que tenía.
San José y la Virgen se van a embarcar
en chalupa de oro y en agua de azahar.
El infierno tiembla y el demonio llora
de ver que ha nacido el Rey de la Gloria.
Largo camino cantando,
bajando calles y calles hasta el atrio de la iglesia,
frente al cual los hombres se disponen a ejecutar
la Danza de los Negros:
..la famosísima Danza de los Negros,
con sus gritos aguerridos "Huuu... Huu... Huuuuu..."
Preciosa, preciosa celebración.
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