Esta soleadísima mañana de lunes en Yurécuaro, desmontamos el teatro junto a los señores que conversan en la plaza...
Ya el Teatro Rocinante ha bajado sus lonas y sus torres, y se ha convertido de nuevo en camión,
al que hay que subir la carga:
Mauricio, con el elenco en La Prieta (la camioneta), maneja hacia la ciudad de La Piedad, a apenas unos 20 minutos de Yuécuaro.
Sólo con entrar a La Piedad, se da uno cuenta de que es una ciudad grande, con movimiento y gran actividad económica, con muchos locales y comercios...
A nuestro arribo a La Piedad, llegamos a comer al lugar que la Secretaría de Cultura nos ha asignado: el Restaurante Delta, sobre la carretera...
La emoción es mucha de visitar un río tan importante como el Lerma...
¡el famoso Río Lerma!
Uno quiere correr al puente...
al contemplar el verdísimo color del río contaminado...
...que -dicen aquí- ha sido declarado oficialmente "muerto" el año pasado!!!
En fin... una más de las tragedias ecológicas del país...
En esta margen del río, Michoacán...
...en la otra, Guanajuato.
La plaza central de La Piedad es espectacular:
muy bien cuidada, con sus larguísimos portales,
El siglo pasado, en esta plaza principal estaba el antiguo kiosko:
...kiosko que fue trasladado (según dicen, desarmado pieza por pieza) a la plaza de la Purísima, ubicada a unas dos cuadras de la plaza principal:
En estos días se celebra en La Piedad los 480 años de “avecindamiento”, que le dicen. Se le llama “avecindamiento” pues no hubo una fecha de fundación oficial de la ciudad, sino que el pueblo se fue conformando a orillas del Río Lerma; la gente se fue "avecindando"... según cuenta la curiosa leyenda:
En 1687, en campo abierto, en un lugar que se conoce como La Buena Huerta -entre La Piedad y Yurécuaro- unos hombres se protegían del frío la víspera de navidad, alrededor de una hoguera. Al alimentar la fogata, lanzaron un tronco al fuego y el tronco no se quemaba. Los hombres se sorprendieron con este fenómeno, y de pronto, el tronco se abrió y de dentro salió la figura de un Cristo: El Señor de La Piedad.
Los hombres -que eran de tres pueblos distintos- (San Sebastián de Aramutarillo, Yurécuaro y Tlazazalca) se jugaron el Cristo de madera en un juego de cartas. Jugaron tres veces: las tres ocasiones ganó el juego el hombre de San Sebastián y se trajo consigo la imagen a su pueblo. Desde entonces, el pueblo de San Sebastián se conviertió en La Piedad, cuyo patrón es este mítico Señor de la Piedad, que –dicen orgullosos los habitantes de La Piedad- “tiene rasgos y color purépecha”.
El Señor de La Piedad se encuentra en la iglesia principal de esta ciudad:
...y su fiesta comienza el 25 de diciembre (conmemorando la noche en que el Cristo hizo su aparición en la hoguera). Durante la fiesta –que dura hasta el 11 de enero- la imagen del Señor de la Piedad se baja del altar para hacerlo accesible a los peregrinos que vienen de muchos pueblos aledaños.
La iglesia en donde está alojado el Señor de la Piedad es muy particular: construida alrededor de 1750 con cantera de la región, los habitantes de La Piedad presumen de tener "la cúpula más grande del mundo",
así como "el candil más grande del mundo", de cristal cortado que se trabaja en esta zona:
El trabajo de talla en madera es minucioso;
el costado de cada banca de la iglesia está labrado con alguna cita de la Biblia:
-Se van al norte, y luego regresan muy creídos –dice-... Llegan hablando inglés, pero más bien hablan en espanglish. Entran aquí a la cantina y te dicen: "One beer, please... ¡Y cacahuates!"
1 comentario:
Me dio mucha risa lo de los "pochos" que es un estatus natural de los pueblos en donde hay migrantes. un abrazo
Alberto Arturo Juárez Castillo
Publicar un comentario