Paseando por la calle, en el centro de La Piedad,
se acerca a mí un muchacho vestido de luto.
El muchacho se presenta conmigo:
-fui a ver ayer la obra de teatro...
Se llama Jaime, y es arquitecto.
El ataúd que vimos salir del Santuario del Señor de La Piedad la tarde del lunes -cuando Rocinante/camión hizo su entrada a la plaza principal de La Piedad- era el de su abuelo.
Desde ese día se lleva a cabo el Novenario,
y Jaime ha asistido todos los días a misa en el Santuario,
a las 7 de la noche.
Exactamente a esa hora
tienen lugar las funciones de Bodas de Sangre en el Rocinante,
instalado justo frente al Santuario.
-No había podido ir al teatro -dice Jaime- porque todos los días estamos en misa por mi abuelo... Pero yo quería ir al teatro... tenía que ir a ver la obra... Ayer me salí de misa para ir al teatro... toda mi familia me vio con cara de extrañados, con cara de "cómo te sales de misa"... y la obra fue buenísima...
-...y en Bodas de Sangre también te tocó presenciar el asunto de la muerte... -le digo a Jaime, casi a manera de disculpa, o de pésame, por el fallecimiento de su abuelo.
-Sí... también fue como estar con mi abuelo... no estuve en la misa, pero estuve en el teatro...
A Jaime siempre le ha gustado el teatro.
-Yo antes hacía teatro, en la universidad... pero lo dejé porque uno tiene que dedicarse a otras cosas... ya no me daba tiempo... pero me gusta escribir...
Saca un papel doblado del bolsillo de su saco, y me comparte este texto que él escribió:
Gente que llega
Hay gente que llega sin previo aviso, sin introducciones diplomáticas, ni convencedores discursos sobre su curriculum de vida. Esta gente es una bendición, es la clara muestra de que el ser humano necesita ese factor de ruptura a la mecanización en la que vivimos, necesita esa motivación a experimentar y dejarse nutrir por los demás, salir de la rutina y descubrir que hay maravillas afuera de nuestro contexto, conformado generalmente por problemas, angustias y sufrimiento.
Es indispensable entender que hay gente que llega y nos cambia la vida ...lo cual explica maravillosamente Oscar Wilde en su libro El retrato de Dorian Gray, cuando dice “Siempre quiero saberlo todo acerca de mis nuevos amigos, y nada sobre los antiguos”... o bien, del mismo autor, pero de su obra La importancia de llamarse Ernesto... “apartarse de las personas que se han conocido durante un lapso muy breve es siempre doloroso”... por lo que no es un disparate pensar que esa gente que llega, la mayoría de las ocasiones nunca se va.
pero quiero pensar que los viajeros del Rocinante
somos de esa gente que llega
y se va
sin irse nunca,
como lo hace el Teatro.
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Ángel ha vivido en el Teatro durante una semana.
Angel tiene un problema de lenguaje... no sabemos de qué tipo, tal vez neurológico... tal vez de nacimiento...
Este muchacho está en la plaza principal todo el tiempo:
Desde que llegó el Rocinante se relacionó con nosotros,
quería ayudar,
colaborar en montar el teatro
conocernos
tomar parte en lo que veía que sucedía en el Rocinante...
Él mismo comenzó a adjudicarse tareas que quería hacer:
comenzó ayudando a cargar
llevando recados
y los últimos días ya repartía programas de mano a la gente,
ayudaba a acomodar a los espectadores,
nos daba a los actores avisos de las llamadas para comenzar función...
Al terminar cada función de Salir al Mundo,
Angel hacía un nuevo dibujo sobre la obra de teatro:
En la última función de Bodas de Sangre, durante el discurso de Israel -encargado de Cultura-
Angel pidió la palabra y frente al público nos dijo :
"Los invito a todos a mi casa. Quiero que vengan a mi casa".El lunes por la mañana,
ya terminadas las funciones,
Angel nos ayuda a embalar la utilería.
Mientras lo hace, se acerca a cada uno de los actores
para abrazarnos
y nos dice:
para abrazarnos
y nos dice:
"voy a llorar... quiero llorar pero no puedo... porque ya se van... ya no los voy a ver..."
Y en efecto, tal vez no lo volvamos a ver.
Y en efecto, tal vez no lo volvamos a ver.
Durante una semana, el teatro ha sido protagonista en la vida de Ángel,
y Angel ha sido partícipe del fenómeno del Teatro.
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