-Sí hubo teatro una vez aquí en Purépero, pero era de un político que estaba haciendo campaña para que votaran por él...
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Mientras me prepara una de queso asadero, el señor de las tortas también comenta:
-Qué bueno que el teatro se llama "Rocinante"... Le hace a uno acordarse de volver a leer el Quijote... Yo lo he leído muchas veces, pero sólo el comienzo. Lo empiezo, lo empíezo y lo vuelvo a empezar... y nunca lo he acabado... nada más me acuerdo de... ¿cómo va? –y da vuelta al queso derretido en la plancha- ¡ah, sí!: “En un lugar de la Mancha..."
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Fuera del camerino, varios niños que pasan caminando, platican:
-¿Qué es esto? –pregunta uno de los niños.
-Es un teatro –responde el otro.
-¿Y qué es un teatro? –sigue indagando el primero.
-Luego te explico... pero es espectacular...
-y además –interviene un tercer muchacho- hay muchachas muy bonitas...
(Anécdota recopilada por Adriana)
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Por la calle me encuentro a Juan, un muchacho de Purépero. Me platica que asistió a la función de Bodas de Sangre con todos sus amigos y que les gustó mucho.
-Había muchos simbolismos -comenta-... como la mujer vestida de negro que cruza la escena en varias ocasiones... ¿Quién era? -me pregunta.
Yo no quiero guiar su percepción (y no le digo que se trata de La Luna):
-¿Quién crees tú que era ese personaje? -le devuelvo la pregunta.
-Pues... lo discutimos entre todos -agrega-... y llegamos a la conclusión de que esa mujer es "los rumores de la gente".
En escena, La Muerte y La Luna (personaje al que Juan y sus amigos -espectadores de Purépero- han bautizado como "los rumores de la gente... los rumores que siempre andan rondando").
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Al terminar la función de Bodas de Sangre
un joven se acerca entusiasmado al camerino y nos pregunta a los actores:
-Oigan, ¿dónde estudio la carrera de teatro?
Por lo menos hoy
gracias a Rocinante
parece que el Teatro ha ganado un nuevo aspirante.
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Once funciones ofrecidas en Purépero durante cinco días,
más de 1300 espectadores que han acudido al Teatro.
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