En Salir al Mundo, el hit es la Princesa Odalina, que está rodeada de niños, y segundo en rating, Juan Peregrino.
..a los niños les encanta estar cerca de los personajes...
Por ser sábado, la señora Soledad nos ha preparado de comer la especialidad michoacana: huchepos, los tamales que se comen con crema, queso y salsa.
Regresamos a Purépero a descansar después de la función de la mañana, y Diana se avienta a manejar "la Prieta" en la carretera, en ausencia de Rafael. Un camino divertido.
Entre Tlazazalca y Purépero –un trayecto de 15 minutos en carro- el paisaje es espectacular, con enormes nubes y la apertura del valle.
En la tarde, al regresar de Purépero al Rocinante para la función de Bodas de Sangre, el camerino está lleno de moscas, a pesar de las bolsas con agua que hemos colgado dentro de la tienda. Morris, con su gran iniciativa e ingenio, decide probar ahuyentarlas, echando una carga de humo en el camerino.Los actores quedamos fumigados... las moscas, inmutables.
De nuevo, lleno total; se quedaron sin entrar al teatro alrededor de cuarenta personas.
En efecto,aquí no he visto llorar a las señoras con Bodas de Sangre como sucedía en Pátzcuaro: allá salíamos a agradecer los aplausos del público y veíamos a las mujeres francamente secándose las lágrimas. En Tlazazalca las señoras parecen algo más austeras, tal vez con un sentimiento más contenido: muy atentas a la obra, muy muy serias, ... afectadas, pero sin llorar... ¿tal vez con un carácter parecido al de La Madre?
Las señoras salen del teatro muy serias, sin decir nada, sin llorar, sin hacer comentarios...

En la noche, un muchacho de Purépero se acerca a platicar. Se llama José Luis. Hablamos de las funciones de teatro y le pregunto:
-¿A qué te dedicas?
-Mejor no te digo -responde.
-¿Qué... es algo malo? -pregunto.
-No es ni malo ni bueno... pero prefiero no decirte... mejor que no sepas... Mejor hay que hablar del teatro: qué bueno que traigan el teatro, porque aquí lo que la gente quiere es ambientarse.
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